Un grupo de directivos, todos profesionales, exigentes, equilibrados y que saben trabajar solos, no necesariamente saben funcionar en equipo de manera eficiente y automática. De ahí la necesidad del Coaching de Equipo.
El Coaching de Equipo es un acompañamiento del aprendizaje de un equipo en el marco de una relación de autonomía recíproca. El equipo es el que tiene que dirigir su propio aprendizaje, manteniendo en todo momento el control de sus objetivos operativos, de sus métodos y de su trayectoria.
Según Alain Cardon: “La finalidad del Coaching de Equipo es acompañar el desarrollo del rendimiento colectivo de un equipo, de forma lógica y medida, para que el resultado operacional del conjunto supere ampliamente el potencial de la suma de sus partes”.
“El éxito de este procedimiento de desarrollo se mide en función del éxito del conjunto, por medio de indicadores precisos, operativos y financieros, (lógicos y medibles) previamente definidos”.
“Para conseguir esos objetivos, el Coaching de Equipo se centra principalmente en el desarrollo de las relaciones entre los trabajos y las misiones de sus miembros y con el entorno. Es sobretodo en estas relaciones internas y externas donde emanan las fuentes más ricas de yacimientos de potencial colectivo y los desencadenantes del cambio”.
“Entre otros, el Coaching de Equipo tiene el objetivo de acompañar a un equipo en el descubrimiento, la definición y la optimización de sus procesos y sus modos operativos colectivos”.
“Los miembros tienen que considerar su equipo, claramente, como un vehículo de eficiencia excepcional y como un umbral de desarrollo individual y colectivo”.
La creciente complejidad de las actividades que las empresas y organizaciones tienen que desarrollar, requiere cada vez más la aportación de un eficiente trabajo en equipo. Supone un reto cada vez más grande, no sólo en lo racional y tecnológico, sino sobretodo en lo emocional. Ya no sólo se trata que cada miembro del equipo haya hecho el trabajo personal sobre sí mismo necesario para disponer de la fuerza interior y serenidad adecuadas a los retos a vencer, sino que además, las interacciones entre ellos fluyan de la mejor manera posible para que la energía disponible en el equipo se dedique esencialmente a alcanzar sus objetivos colectivos.