Neuro: Nuestros sentidos son los captadores de la información de nuestro mundo externo, en forma de imágenes, palabras o sonidos, sensaciones, olfato y gusto. La cantidad y calidad de la información captada por cada uno de nosotros depende de diversos factores. Nuestros procesos neurológicos, elaborados a lo largo de años, generan una representación interna de lo que ocurre a nuestro alrededor y le dan un significado en función de nuestro sistema de creencias y valores marcado a lo largo del tiempo. En base a dicho significado, nuestra mente elabora respuestas y nuestro cuerpo actúa, dando lugar a un determinado comportamiento.
Lingüística: Los seres humanos usamos el lenguaje verbal y no verbal, para ordenar nuestros pensamientos (comunicación interna) y para comunicarnos con los demás (comunicación externa).
Programación: Los programas operativos de nuestro sistema neurológico nos hacen reaccionar como lo hacemos, a veces de forma casi automática. Si somos capaces de descubrir como funcionan, podremos mejorar nuestros resultados y comportamientos.
La PNL nos permite comprender cómo estructuramos nuestra experiencia subjetiva: cómo filtramos lo que nos llega del mundo exterior a través de nuestros sentidos, cómo lo codificamos, cómo empleamos nuestro lenguaje, cómo le damos significado, cómo nos sentimos y como reaccionamos.
La PNL también nos ayuda a conocer nuestros recursos y limitaciones personales y a explorar nuevas posibilidades para cambiar aquello que nos causa sufrimiento y potenciar lo que nos da placer.
De esta comprensión sobre cómo cada persona construye su realidad interna y de la identificación, paso a paso, de los procesos seguidos por los mejores profesionales de cada actividad, la PNL ha elaborado una serie de modelos que nos permiten desarrollar comportamientos adecuados y flexibles así como las capacidades necesarias para:
La PNL es de gran ayuda para las personas que trabajan en sistemas que se caracterizan por un alto nivel de interacción humana y de comunicación.