Las empresas piden consejo cuando no saben o no tienen claro como proceder ante una determinada situación. El consejo de un experto puede ayudar a resolver la situación problemática si éste ya conoce la solución al problema o sabe acompañar a quien ha pedido el consejo a buscar la solución y encontrarla.
Los consultores que aportan una solución concreta al problema planteado por su cliente son expertos en su campo respectivo: posicionamiento, estrategias, producción, marketing, sistemas de información, organización, recursos humanos, finanzas, fiscal, etc.
La «Consultoría Sistémica» constituye un tipo particular de consultoría. La Consultoría Sistémica no es experta en ningún campo específico. Es experta en el proceso de acompañar al cliente en su búsqueda de una solución a su situación problemática. Su labor consiste en acompañar al cliente a encontrar su propia solución, porque sólo él puede descubrirla.
La diferencia más clara entre ambos tipos de consultoría está en los procesos de aprendizaje. El del primer tipo de consultoría se apoya en libros de contenido muy concreto, material especializado, manuales, clases, conferencias, etc., mientras que el de la Consultoría Sistémica descansa en el aprendizaje social con otros, en el aprender a aprender, en las habilidades de la vida que nos ayudan a crecer y a desarrollarnos. No es un aprendizaje que puede adquirirse a través de una explicación en clase o de la lectura de un libro.
El proceso de acompañamiento de una sola persona suele ser complejo. Con más razón, lo es el de empresas y organizaciones, porque son sistemas constituidos por muchas personas relacionadas entre ellas.
Un Sistema es un conjunto de elementos que están interconectados entre sí en una continua relación de cambio.
Un Subsistema es un subconjunto de elementos interconectados entre sí que realizan una función determinada dentro del sistema.
Cada sistema tiene una estructura (sus elementos y su posición), y una red de relaciones entre sus elementos.
Hay sistemas vivos (organizaciones, personas, animales, plantas) y sistemas no vivos (coches, centrales nucleares, ordenadores).
La estructura de los sistemas vivos puede sufrir cambios con el paso del tiempo, pero para seguir viviendo, su red de relaciones debe conservarse dentro de unos determinados límites.
Una organización es un conjunto de personas relacionadas de manera contínua y cambiante a través de la actividad que desarrollan.
En las relaciones entre los miembros de una organización se intercambian información, ideas, expectativas, emociones, energía, recursos y acciones.
Lo que hace cada uno, se refleja sobre los demás miembros, actúa sobre el conjunto y recae a su vez sobre quien actúa.
Toda modificación parcial da como resultado una modificación en lo general.
Esta tenaz acción recíproca entre los miembros de una organización, es la base del desarrollo que los reaviva y al mismo tiempo la fuente generadora de conflictos.
La estructura de una organización, y su red de relaciones constituyen un todo que es más que la suma de sus partes.
Cada organización está sometida a un constante proceso de mutación, está permanentemente recreándose.
Cada organización desarrolla su propio patrón de comportamiento, su propia manera de hacer las cosas, su propia cultura. Sólo una parte queda visible.
Las relaciones crean las dinámicas de trabajo que determinan el éxito o fracaso de una organización.
Cuando las relaciones fluyen y respetan un cierto orden, la empresa alcanza sus objetivos de una forma potente y serena.
Pero si después de intentar resolver una situación no deseada por diversos medios y durante un largo tiempo, la organización no encuentra una solución, cabe pensar que hay tensiones, atascos o bloqueos no visibles en su red de relaciones, que hay algún desorden sistémico que está afectando su funcionamiento.
Los Principios de Orden Sistémico que rigen en las Organizaciones son:
La Consultoría Sistémica ayuda a sacar a la luz si hay alguna relación que no respeta estos principios de orden sistémico.
Las organizaciones pueden funcionar aún ignorando estos principios, pero ponen en riesgo su operativa y su existencia.
Pero cuando se respetan los Principios de Orden Sistémico, se crea un ambiente positivo que fortalece y hace crecer a la organización y a sus miembros. En este caso, las organizaciones funcionan de una forma segura, ajustada, eficiente y confortable. Operan sin prisas pero sin pausas, a la velocidad justa, sin agobios.
Incluso el que ocupa el más alto puesto jerárquico en una empresa carece de toda la información. Tiene su visión parcial de un todo, aunque su visión sea la más amplia de todas. De hecho, si su visión fuera la adecuada, la situación problemática probablemente no existiría. Es precisamente su visión del problema la que lo mantiene en él. Por esta razón, los resultados de una Consultoría Sistémica suelen sorprender al cliente. Recuerdo el comentario del presidente de una empresa:»Al iniciar esta Consultoría Sistémica, tenía una idea parecida a la de Cristóbal Colón: Navegar hacia el oeste, sin un mapa de rutas, para encontrar una vía mejor de acceso a las Indias del Viejo Mundo. Pero me encontré con un Nuevo Mundo».
La Consultoría Sistémica permite al cliente cambiar justamente de posición, ampliar su campo de visión al incluir elementos clave de su sistema, no considerados por el cliente por diversas razones, y profundizar en las relaciones entre ellos. Así, puede acceder a una información esencial e inducir soluciones para desenredar su situación problemática.
Quien solicita una Consultoría Sistémica ha de tener, además:
Debe poseer:
Debe basarse en el respeto y en la confianza en que tanto las personas como las organizaciones tienen los recursos y las habilidades necesarias para encontrar sus propias vías de solución y crecimiento.
El consultor sistémico cree en la responsabilidad personal y en el poder de auto curación de los sistemas vivos.
Más que trabajar en lo negativo, el consultor sistémico prefiere centrarse en las oportunidades, en las imágenes positivas de futuro y en las opciones.
El consultor sistémico no solo trabaja con personas que ocupan posiciones de poder. Trabaja con todo tipo de personas, pertenecientes a grupos con intereses diferentes y a niveles jerárquicos distintos.
La descripción siguiente corresponde a la visión inicial dada por un directivo sobre la situación de su empresa, dada durante la primera reunión de Consultoría Sistémica:»La empresa tiene un excelente dominio técnico, buenos productos y magníficos profesionales, pero los beneficios están disminuyendo de forma reiterada y alarmante en los últimos años. La baja cotización de sus acciones preocupa. No hay una visión corporativa clara. Hay incoherencias en sus estrategias y en el soporte de los procesos de negocio. Ya no tenemos proyectos grandes. Estos hechos «hard» están acompañados por otros «soft» más sutiles relativos a ciertas formas de pensar y actuar. Hemos perdido el orgullo de trabajar en una gran empresa. Hay luchas entre departamentos. Los jefes miran más por su sillón que por el rumbo y navegalidad del barco en el que estamos todos. La tripulación está resignada. La alta dirección ha optado por controlarlo todo. Hay poca autonomía y la toma de decisiones se ha hecho ardua y lenta. Hemos perdido rapidez de adaptación y fuelle para afrontar los retos que tenemos».
Pueden situarse en varios niveles y perspectivas. Los más típicos son:
Puede tener lugar a tres niveles distintos:
En cada uno de estos tres niveles de intervención, hay cinco dimensiones a tener en cuenta:
La Consultoría Sistémica guía y fundamenta procesos sostenibles de aprendizaje y mejora con el objetivo de generar sistemas (empresas, empresas familiares y organizaciones) mejor preparados para sobrevivir y prosperar en el mundo incierto de otros sistemas aún más amplios y complejos.