Esta afirmación la oigo con una cierta frecuencia como respuesta a mi pregunta: ¿Qué asunto quieres trabajar en esta sesión? que planteo a mi cliente al inicio de cada sesión individual o grupal en el ámbito del desarrollo profesional. En este artículo expongo algunas de las posibles causas de conseguir poco, trabajando mucho.
Una posible causa es la falta de conocimientos. Otra, es no tener las habilidades clásicas de resolución de problemas, comunicación, cooperación, trabajo en equipo, etc., para hacer que todos estos conocimientos se transformen en realidades a través de las personas. Esas carencias se pueden solucionar a veces con una formación adecuada.
Pero con frecuencia esas insuficiencias no se resuelven con formación. Cuando eso ocurre, podemos pensar que dichas carencias constituyen la punta visible del iceberg, el síntoma, el efecto de que algo en el cliente no va como querría. Si ese algo fuera consciente, el cliente ya no tendría el problema. Lo tiene en el inconsciente, en ese saco negro que todos llevamos atrás en el que echamos toda nuestra “basura”, todo aquello que emocionalmente nos impactó en su momento, nos dolió, que no tuvimos los recursos personales adecuados para asimilarlo y darle salida, y que como no encontramos una solución cuando ocurrió, no se nos ocurrió una cosa mejor que rechazarlo, despreciarlo, excluirlo, reprimirlo y esconderlo en ese lugar oscuro que denominamos inconsciente, con la ilusión pueril de que nunca más reviviríamos ese dolor.
Pero todas estas energías, que nuestras células sobre-absorbieron al recibir el impacto de esos tsunamis dolorosos que nos tocaron vivir y que somatizaron, no están quietas. Se muestran de diversas maneras para señalarnos que están ahí y que algo hemos de aprender y hacer para darles salida para encontrar nuestra paz y serenidad. Cuando alcanzamos éstas, las ondas electromagnéticas que emitimos y captamos son diferentes de las que emitíamos y captábamos cuando estábamos sobre-energizados o sobre-excitados. A partir de ese momento, desde la paz y la serenidad, ya estamos preparados para conseguir mucho con un trabajo centrado y fluido.
Bajo el punto de vista sistémico, todo efecto es el resultado de una o varias causas independientes y/o relacionadas. Aceptando este principio, la Inteligencia Sistémica puede ponerse en marcha y resultar sumamente eficaz al focalizarse en descubrir las causas, sus dinámicas y a partir de ellas, sanear, limpiar, desbloquear, sanar heridas, reconciliar y hasta asentar unas bases sólidas para que una solución aparezca y se dé.
Pueden ser muchas. Veamos algunas:
¡Cuánta energía gastada en la búsqueda de una solución vital conciliadora cuando uno procede de dos orígenes tan discordantes! ¿Cuánta energía queda para el trabajo?
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